Es el «apodo» que se les da a los objetivos que acompañan a la cámara en un pack de venta, formando un «kit».
Las cámaras no profesionales suelen venir con un 18-55mm, 18-105mm o similar, y aunque hacen su papel, suelen ser muy básicos. Suele tratarse de un zoom que ofrece algo de versatilidad en tus primeras fotos.
También se venden las cámaras sin ningún objetivo, solo el cuerpo. Pero si haces el cálculo, comprobarás que el objetivo del kit suele salir muy barato.